Entre 3.000 y 4.000 jóvenes llegaron a Haren, en la provincia de Groninga, en respuesta a una invitación a una fiesta de cumpleaños que una adolescente envió por equivocación a través de la popular red social a miles de contactos, que a su vez distribuyeron la convocatoria a terceros.
La joven que cumplía 16 años olvidó marcar el evento como fiesta privada, por lo que la invitación llegó a toda la comunidad de Facebook y Twitter.
La fiesta comenzó de forma pacífica, pero de repente se convirtió en agresiva, según explicó el jefe de policía regional, Oscar Dros. "Atacaron a la policía con adoquines y botellas", dijo.
La concentración acabó en enfrentamientos entre la policía y los jóvenes, que tiraron bicicletas, botellas, piedras y petardos, a lo que las fuerzas policiales respondieron con gases lacrimógenos y bombas de humo.
Tras los primeros indicios de la fiesta que se avecinaba, las autoridades de Haren se habían preparado e incluso, se habían puesto en contacto con las autoridades alemanas, que ya tuvieron que enfrentarse en el pasado a situaciones similares. "Estábamos preparados para lo peor", aseguró Dros, que había dispuesto a 500 agentes para prevenir los disturbios. "Nunca habíamos vivido semejantes agresiones", sintetizó.
El Ayuntamiento de Haren, una ciudad de unos 18.000 habitantes, ha invitado a través de su página de internet a los vecinos a que presenten denuncias y entreguen a la policía fotografías o vídeos para poder reclamar responsabilidades a los autores de los destrozos.
La Fiscalía anunció que abrirá una investigación en la que participarán 500 detectives.
Un antecedente similar ocurrió el año pasado en Alemania donde 1.400 personas acudieron en Alemania a una fiesta de cumpleaños de una adolescente a la que se habían apuntado unos 10.000 jóvenes, y que finalmente transcurrió sin incidentes graves.
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